Modelos multidimensionales
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¿Qué es un modelo multidimensional
Es un mapa conceptual que sirve como modelo para tratar de explicarnos cosas acera de la realidad del Universo que las limitaciones de nuestros sentidos y de nuestra mente no nos permiten experimentar aún de forma directa. Debido a que distintas inteligencias perciben al Universo de diferentes maneras, hay varios tipos de modelos multidimensionales que pueden concebir al Universo conformado por 7 dimensiones, como los teósofos; por 10 dimensiones, como los pleyadianos; o por 13 dimensiones como los arcturianos. Aquà os compartimos distintos
modelos precedidos de un cuento y dos artÃculos cientÃficos:
a.. MODELO DIMENSIONAL DE AMORAH QUAN YIN
b.. MODELO DIMENSIONAL DE SATYA
c.. MODELO DIMENSIONAL DE SERAPIS
d.. MODELO DIMENSIONAL CABALISTA
e.. MODELO DIMENSIONAL ARCTURIANO
f.. MODELO DIMENSIONAL DE APU
g.. MODELO DIMENSIONAL TEOSÓFICO
h.. MODELO DIMENSIONAL DE ECKANKAR
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FLATLAND:
El paÃs del plano
Cuento popular de la época victoriana
[para abrir tu mente a los
modelos multidimensionales]
En 'El PaÃs del Plano', los personajes son formas geométricas diversas que viven en un mundo exclusivamente bidimensional. Al comienzo de nuestra historia, el narrador, un Cuadrado de mediana edad, tiene un sueño inquietante en el cual visita un reino unidimensional, el PaÃs de la LÃnea, cuyos habitantes sólo pueden moverse de un punto a otro. Con creciente frustración intenta explicar quien es él, una lÃnea de lÃneas, proveniente de un paÃs en el que se puede uno mover, no sólo de punto en punto, sino también de lado a lado. Los habitantes del PaÃs de la LÃnea, enfadados, están a punto de atacarle cuando se despierta sobresaltado.
Un poco más tarde, aquel mismo dÃa, intenta ayudar en sus estudios a su nieto, un pequeño Hexágono. El nieto sugiere la posibilidad de una tercera dimensión, un reino en el que habrÃa arriba y abajo, además de un lado y otro. El Cuadrado tacha esta idea de estúpida e inimaginable. Aquella misma noche el Cuadrado tiene un encuentro extraordinario, decisivo para su vida: recibe la visita de un habitante del PaÃs del Espacio, el reino de las tres dimensiones.
Al principio, el Cuadrado se siente simplemente confundido por su visitante, un extraño cÃrculo que parece cambiar de tamaño, e incluso desaparecer. El visitante se presenta a sà mismo como una Esfera. Parecia cambiar de tamaño y desaparecer, tan sólo porque estaba acercándose al Cuadrado en el espacio y descendiendo al mismo tiempo. Dándose cuenta de que sólo con argumentos no podrÃa llegar a convencer al Cuadrado de la existencia de la tercera dimensión, la Esfera, exasperada, le introduce en una experiencia de profundidad.
El Cuadrado queda fuertemente conmocionado. Dice: 'TenÃa una sensación confusa y mareante en la visión, era algo distinto que ver; veÃa una lÃnea que no era una lÃnea, y un espacio que no era espacio. Yo era y no era yo mismo al mismo tiempo. Cuando pude recobrar la voz, lancé un grito de agonÃa: Esto es la locura o el infierno!'. 'No es ninguna de las dos cosas', replicó serenamente la voz de la Esfera. 'Es conocimiento; son las tres dimensiones. Abre tus ojos otra vez, y trata de mirar con tranquilidad'.
Tras haber tenido esa experiencia intuitiva de la tercera dimensión, el Cuadrado se convierte en su apóstol, intentando convencer a sus conciudadanos del PaÃs del Plano de que el Espacio es algo más que sólo una noción propia de los matemáticos. A causa de su insistencia, es finalmente encarcelado en beneficio publico. Cada año, en lo sucesivo, el sumo sacerdote del PaÃs del Plano, el CÃrculo Jefe, acude a tantearle para comprobar si ha recobrado su sano juicio, pero el Cuadrado continúa insistiendo testarudamente en que hay una tercera dimensión. No puede olvidarlo, aunque no es capaz de explicarlo.
Edwin Abbott
LA CIENCIA A PUNTO DE COMPROBAR OTRAS DIMENSIONES
LA CIENCIA SE ENCAMINA A UNA NUEVA REVOLUCIÓN:
LA COMPROBACIÓN DE NUEVAS DIMENSIONES EN NUESTRO UNIVERSO
[para los que necesitan un sustrato cientÃfico]
Noticiero de Ciencia y TecnologÃa
23 FEBRERO 2003
NOTICIENCIA MÉXICO
RODOLFO GARRIDO COTHAM
18 de Febrero del 2003. (FÃsica) El concepto de la existencia de otras dimensiones fÃsicas, más allá de las actualmente conocidas, fue rechazado como algo sin sentido incluso por uno de sus promotores, hace casi 90 años. Ahora, sin embargo, podrÃan ser la solución para explicar algunos problemas de la fÃsica de partÃculas, la cosmologÃa y la fÃsica gravitatoria.
Según un grupo de expertos sobre la cuestión, reunido el pasado 15 de febrero, en Denver, podrÃamos estar a sólo unos años de una auténtica revolución cientÃfica. Joseph Lykken, de la University of Chicago y del Fermi National Accelerator Laboratory, cree que no es frecuente que se produzca una confluencia de ideas y de experimentos como la presente, que podrÃa llevarnos al descubrimiento de la existencia de estas dimensiones "extra".
La teorÃa de cuerdas, desarrollada durante las dos últimas décadas, requiere que el espacio-tiempo contenga hasta siete dimensiones adicionales si se desea que incluya a la gravedad. Los expertos sospechan que hay algo que falta en este modelo. Parece haber más partÃculas y fuerzas de las que necesitamos, y operan de formas más complicadas de lo que deberÃan.
La existencia de otras dimensiones podrÃa ayudar a explicar estas complejidades. Nuevos experimentos realizados en el Fermi National Accelerator Laboratory están produciendo resultados que no encajan en el modelo estándar. La actualidad de la fÃsica de partÃculas, la fÃsica gravitatoria y la cosmologÃa nos recuerda a cuando la mecánica cuántica empezó a adoptar una forma coherente, en los años 20 del siglo pasado. Para Sean Carroll, también de la University of Chicago, la existencia de otras dimensiones podrÃa ayudarnos a resolver dos misterios cosmológicos: cuáles fueron las condiciones iniciales del universo, y qué es la misteriosa energÃa oscura que está acelerando su expansión.
Los fÃsicos también proponen que la energÃa oscura estarÃa gobernada en parte por lo que sucede en las cuatro dimensiones conocidas, y en parte por lo que pasa en las otras dimensiones. Reconocer la existencia de estas últimas podrÃa ser la luz que nos permitiera entender todo el proceso. Un cambio de perspectiva como éste quizá bastará para resolver todos nuestros problemas a un tiempo.
http://hep.uchicago.edu/cdf/smaria/ms/aaas03.html
FÃSICA HIPERDIMENSIONAL
FISICA HIPERDIMENSIONAL, ¿POR QUÉ NOS OCULTAN ESTE CONOCIMIENTO
[datos cientÃficos e implicaciones probables]
EL GRAN SECRETO
Una nueva rama de la ciencia, con su consiguiente tecnologÃa, podrÃa llevar años de desarrollo en algunos laboratorios, rodeados del maáximo secreto. Sus aplicaciones podrÃan transformar radicalmente la sociedad humana y dar paso a una nueva era imprevisible para el poder. Sin embargo, todos los esfuerzos por encubrir este conocimiento serian inutiles, dado que la teoria en la cual se basa implica que los saltos evolutivos son dirigidos por fuerzas Interdimensionales que ni siquiera sospechamos.
En junio de 2000, el Dr. Lijun Wang, de la
universidad de Princeton, consiguió superar la velocidad de la luz acelerando un pulso de radiación laser. El resultado del experimento cuestiona la teorÃa de la relatividad y parece exigir una nueva fÃsica para explicar ciertos fenómenos, precisamente en un momento histórico que muchas tradiciones milenarias coinciden en calificar como el comienzo de una nueva edad de oro.
Imaginemos durante un momento cómo serÃa el mundo si la energÃa que consumimos fuera virtualmente gratuita. Utópico ¿verdad ¿ Y si fueramos capaces de gobernar el clima, descomponer y recomponer la estructura fundamental de la materia, dirigir el curso de nuestra propia biologÃa y, en general, dominar y controlar cualquier fuerza de la naturaleza La consecuencia inmediata que se nos ocurre es que nuestro nivel adquisitivo ascenderÃa hasta niveles considerablemente más altos que los actuales, es más: ese proceso se reproducirÃa a escala mundial haciendo que la pobreza y el hambre desaparecieran de nuestro planeta. En esta situación, no cabe duda de que nuestra especie se verÃa libre de todas las servidumbres. VivirÃamos en un mundo donde no serÃa necesario trabajar, en el cual cada persona podrÃa encaminar su vida y su talento por los senderos que estimase más oportuno.
Ahora, imaginemos que, por algún acontecimiento cósmico, el ser humano alcanzara estas capacidades, no por méritos propios, sino porque se viera abocado de forma inevitable a dar el siguiente paso evolutivo en esa dirección y que el experimento del Dr. Wang, que parece haber abierto una grieta en la fÃsica relativista, es el primer atisbo público del nuevo conocimiento. Bonita historia. ¿EstarÃamos nada menos que ante la utopÃa soñada por los visionarios de todos los tiempos: el ideal en el cual coinciden las ideologÃas de todos los signos, aunque discrepen en los medios para crear semejante paraÃso. Pues bien todo esto no sólo es posible, sino que podrÃa estar empezando a suceder sin que nos enteremos. Indicios recogidos en todo el mundo nos llevan a pensar que nos encontramos en vÃsperas de conocer el gran secreto: la clave de los mayores enigmas de nuestro mundo y, sobre todo, la fuente de un poder inimaginable.
Para conocer los antecedentes de esta historia debemos remontamos a una época increÃblemente remota, decenas de miles de años antes de la aparición de nuestro primeros registros históricos. En aquel tiempo parece haber existido una civilización cuyo recuerdo ha pervivido en las leyendas y mitos de practicamente la totalidad de los pueblos de la tierra en diversos lugares del globo han sobrevivido vestigios de ella: edificios y artefactos que se han convertido en una pesadilla para cientificos y arqueólogos. No sabemos si sus artifices fueron seres humanos o algo diferente, si eran originarios de nuestro planeta o llegaron aquà como consecuencia de alguna inimaginable peripecia. Lo que suponemos, porque en esto coinciden todas las leyendas que sobre ellos se escribieron, es que eran dueños de conocimientos que les permitÃan realizar prodigios inaccesibles para nosotros, haciendoles aparecer como dioses a los ojos de nuestros antepasados. Estos enigmáticos seres no eran dioses, sino tan sólo los depositarios de un saber que les otorgaba un poder casi ilimitado comparado con el de nuestros ancestros. Y estamos seguros de que no eran dioses porque, en lo que también coinciden esas leyendas es que ese conocimiento fue la causa de su crepúsculo.
La Atlántida, o como se la quiera llamar, desapareció casi de la noche a la mañana destruÃda por la insensatez de sus habitantes que, borrachos de soberbia, hicieron mal uso del don que se les habÃa otorgado. Los supervivientes se dispersaron por todo el globo. Con el discurrir de los siglos, la antigua ciencia trasmitida de maestro a discÃpulo a través de generaciones se fue contaminando de superstición. Quedaron los ritos, pero la explicacion de todo ello se habÃa extraviado hacia mucho tiempo. Asà nacieron las ciencias ocultas, la astrologÃa, la alquimia, las disciplinas espirituales y hasta la magia. Sin embargo, es posible que la antigua ciencia no se haya perdido para siempre y ahora mismo estamos en vÃsperas de adquirir un conocimiento que, en cuanto a compresión del Universo, nos colocarÃa a la misma altura de aquellos mÃticos seres a quienes nuestros primitivos antepasados llamaron dioses.
El secreto comienza a dibujarse a partir de una nueva disciplina (o tal vez no tan nueva) llamada fÃsica hiper dimensional. En 1976 el mundo esperaba expectante las primeras fotografÃas tomadas por la sonda espacial Viking. Nadie podÃa imaginar que esas imagenes enviadas desde millones de kilómetros de distancia serÃan las portadoras de secretos demasiados inquietantes, demasiado desestabilizadores, tanto que la propia NASA podrÃa haber intentado hacerlos desaparecer. Las imágenes procedentes de la región conocida como Cydonia mostraban la existencia de un vasto conjunto de cuerpos de apariencia artificial entre los que destacaba la bautizada como "esfinge de Marte" una gigantesca cabeza esculpida en piedra cuyo rostro, orientado hacia el espacio, nos devolvÃa la mirada inquisitiva que habÃamos dirigido hacia este planeta vecino durante milenios.
A partir de ese momento, personalidades como Richard Hoagland, Vincent Diprietro, Gregory Molenaar o Mark Carlotto, todos ellos provistos de intachables credenciales cientÃficas, consagraron sus vidas al estudio de lo que creÃan podÃa constituir la primera prueba material de vida inteligente extraterrestre. La polémicas imágenes fueron estudiadas hasta el mÃnimo detalle, se utilizaron complejos procedimientos informáticos para analizarlas y se trazaron pormenorizadas cartografÃas de la zona con ayuda de los métodos más cientificos. Ni la campaña de desprestigio del caso que llevó a cabo la NASA, recurriendo a cientÃficos tan populares en su momento como Carl Sagan, fue suficiente para silenciar las voces que reclamaban un estudio a fondo y oficial de la región de Cydonia.
Pero serÃa en 1988 cuando la investigación sobre las anomalÃas marcianas tomarÃa un nuevo rumbo de la mano de Erol Torun, cartógrafo y analista de sistemas del servicio cartográfico de la secretarÃa de Defensa de EEUU. De las estructuras que se alzan en la llanura de Cydonia, la conocida como pirámide D&M atrajo especialmente su curiosidad. En la esquina sur-suroeste de la "esfinge" exactamente igual a 1/360 del diametro polar marciano, se encuentra una estructura de un tamaño que resulta difÃcilmente concebible. La pirámide D&M recibió este nombre como homenaje a sus descubridores, Diprietro y Molenaar. Tiene una altura aproximada de 800 metros y un diámetro de casi 3 kilómetros. Se trata de una pirámide pentagonal, cuyos lados están dispuestos en ángulos de 30 grados. En su construcción se debieron emplear 1,5 kilometros cúbicos de material y su colocacion respecto a los otros objetos de Cydonia dibujan un perfecto triángulo equilatero. Torun, a pesar de sus amplios conocimientos de geomorfologÃa, no conocÃa ningún mecanismo natural que pudiera explicar la formación de semejante estructura. Fue esto lo que le movió a analizar cuidadosamente su geometrÃa.
A pesar de estar vivamente impresionado por la simetrÃa del objeto, el mismo confesó más tarde que no estaba preparado para lo que iba a encontrar. Codificadas en la estructura de aquel objeto al cual la NASA habÃa calificado como "formación natural", descubrió una serie de relaciones matemáticas, constantes y expresiones sumamente especificas y redundantes, cuya probabilidad de que se originaran por azar se encontraba cercana a cero. Numeros irracionales como "Pi" (la razón de la circunferencia respecto del diametro del cÃrculo) y otras constantes fundamentales en geometrÃa, aparecÃan repetidamente, combinados de todas las maneras posibles, tanto en los ángulos como en las relaciones entre éstos y sus respectivas funciones trigonométricas. Esto, que de por sà constituÃa un asombroso hallazgo, quedó rápidamente empequeñecido por otro descubrimiento mayor, esas mismas relaciones matemáticas se repetÃan con increÃble precisión si se trazaba una serie de lÃneas que unieran entre sà las misteriosas estructuras de la famosa llanura marciana. Todo formaba parte de un complejo diseño que repetÃa insistentemente los mismos números, figuras y ángulos. Estaba claro que aquello constituÃa un mensaje dibujado por criaturas inteligentes y expresado en el lenguaje más universal que existe; las matemáticas.
Si tantas molestias se tomaron sus constructores, levantando edificios que harÃan palidecer de envidia a las mayores creaciones del ser humano, algo de suma importancia habrÃan querido trasmitirnos. La pregunta era, ¿QUÉ Este enigma inquietaba especialmente a Richard Hoagland, el principal investigador del tema de Cydonia, que no es ningun advenedizo en el campo cientÃfico, entre otros muchos puestos oficiales ocupó el cargo de asesor para asuntos especiales de la cadena de televisión norteamericana CBS para el proyecto Apolo, que puso al hombre en la Luna. Durante meses, Hoagland trabajó con aquellas lÃneas misteriosas, buscándoles un sentido, intentando descifrar su mensaje. Por fin, un buen dÃa, la verdad apareció súbitamente ante sus ojos. Y, ciertamente, resultaba más increÃble que la fantasÃa más exaltada. En la llanura de Cydonia, a 56 millones de kilómetros de nuestro planeta, olvidados durante miles de años, se encontraban dibujados con absoluta precisión los postulados teóricos básicos de una ciencia olvidada que hizo furor a finales del siglo XIX para, más tarde, caer en el olvido de la ortodoxia cientÃfica, que la consideró como algo inaceptable: la FÃsica Hiperdimensional.
Basándose en este conocimiento, Hoagland pudo establecer varias predicciones que, al ser comprobadas, resultaron ciertas. Asà descubrió que, según los postulados de la fÃsica hiperdimensional, existe una importante relacion entre el tetraedro (o pirámide) y la esfera donde este poliedro puede ser inscrito. Considerando a los planetas como esferas y colocando el vértice de un imaginario tetraedro en uno de los polos, los otros tres vertices caen a la altura del paralelo 19.5. Pues bien, curiosamente en esa misma localizacion geográfica es donde se encuentran los mayores focos de inestabilidad de cada planeta: en la tierra este punto coincide con el cinturón volcánico del PacÃfico (el volcán Mauna Kea está a 19.6 grados Norte), mientras que el gigantesco monte Olimpo de Marte (el mayor volcán del Sistema Solar) se encuentra a 19.5 grados Sur, y algo similar ocurre en Neptuno, que tiene una mancha similar a la de Júpiter, sólo que de color azul, y en el sol, donde la mayor incidencia de las manchas (que son el efecto visible de las erupciones derivadas de la alta actividad) se observa, precisamente, alrededor del paralelo 19.5.
LA FISICA HIPERDIMENSIONAL
La aparición de estos (vórtices planetarios) ya habÃa sido predicha a mediados del siglo XIX por el fÃsico matemático James Clerk Maxwell, cuyas ecuaciones pusieron la piedra angular de la primera teorÃa unificada de las fuerzas naturales. El electromagnetismo, su teorÃa supuso un paso ineludible en el camino que condujo a la fÃsica moderna: la relatividad de Einstein y la mecánica cuántica, de Planck, Heisenberg y Schrodinger. Sus postulados fueron propuestos por los cientÃficos más notables de la época, y muy poco dados a especulaciones paracientÃficas como Helmholtz, Lord Kelvin, Faraday y el propio Maxwell. Estos pioneros llegaron a la conclusion de que nuestra realidad tridimensional no es sino la parte accesible para nosotros (seres tridimensionales) de un universo de más dimensiones, y que en la interacción entre esas otras dimensiones y las tres que constituyen el mundo material de nuestra experiencia se encontrarÃa el secreto de muchos fenomenos hasta ahora inexplicables, e incluso la clave de la aparición de la vida sobre nuestro planeta.
Los padres de la fÃsica hiperdimensional llenaron pizarras con interminables cálculos, desarrollaron ingeniosos
modelos cosmológicos y levantaron un verdadero edificio de relaciones matemáticas y geométricas. Las mismas que más tarde aparecerian en un lugar tan insospechado como la superficie de Marte. SabÃan que, en determinadas circunstancias, tendrÃa que existir un flujo de energÃa de esas otras dimensiones hacia la nuestra. Concretamente, afirmaban que un sistema giratorio de un espacio de cuatro dimensiones harÃa surgir una serie de vórtices de energÃa al ser proyectado en un espacio de tres dimensiones como el nuestro. Ese fenomeno se producirÃa, según sus cálculos matemáticos, a 19.5 grados de ecuador. Sin embargo, lo novedoso de la idea la hizo blanco de numerosos ataques y terminó cayendo en el cajón del olvido cientÃfico. Son célebres, en este sentido, los adjetivos descalificadores "mÃsticos" y "obra del diablo" que el fÃsico Oliver Heaviside dedicó a estos trabajos de Maxwell por tratar con conceptos hiperdimensionales.
Sin embargo, a medidos de la década de los 60, un hallazgo astronómico aparentemente irrelevante vino a apoyar los planteamientos de aquellos pioneros de la fisica del siglo XX. Las observaciones que se realizaron a través de los primeros espectrografos demostraron que el planeta Júpiter desprende una "radiación infrarroja anómala" esto es, emite mucha más energÃa de la que recibe del sol. Posteriormente, las ondas Pioneer y Voyager pusieron de manifiesto que el mismo fenómeno inexplicable se repetÃa en Saturno, Urano y Neptuno. Esto constituÃa una anomalÃa cósmica de primer orden. Si la cantidad de radiación emitida al espacio por estos planetas es muy superior a la que corresponderia a la suma del calor interno y al que reciben del Sol, entonces, ¿de dónde procedÃa esa energia adicional Para la FÃsica Hiperdimensional la respuesta es que la combinación entre la masa de los planetas y su momento angular (la energÃa de su desplazamiento alrededor del sol) genera un punto de contacto con otras dimensiones, a través del cual se produce una transferencia de energÃa. Esto se puede cuantificar a través de la formula L = mr 2, en la que "L" es la energia resultante, "m" la masa y "r" el momento angular. Dicho llanamente: recibimos aportaciones energéticas de otras dimensiones inaccesibles a nuestra experiencia tridimensional, y el propio sistema solar funciona como un mecanismo que genera los portales interdimensionales a través de los cuales penetra dicha energÃa.
Los parametros fÃsicos y matemáticos requeridos para esta transferencia de energÃa e información procedentes de un hipotético espacio n-dimensional (donde n es un número indeterminado) fueron establecidas en su momento por personalidades cientÃficas del siglo XIX de la talla del matemático alemán Georg Riemann, el fÃsico escocés Sir William Thompson, el ya citado Maxwell y el matemático británico Sir William Rowan Hamilton. Fue concretamente el matemático Arthur Cayley quien estableció las relaciones geométricas interdimensionales que aparecen, no sólo en la llanura de Cydonia, sino también en la geometrÃa sagrada que durante milenios ha acompaniado a las prácticas esotéricas más diversas y ha regido la configuracion formal de las construcciones de la arquitectura sagrada.
No obstante, hay una objeción legÃtima que hacer. Est´´a muy bien que exista una fÃsica hiperdimensional asociada a la mecánica celeste, pero ¿no hay algo más actual, más tangible, que pueda confirmarnos que estamos ante un indicio que pueda conducirnos a la antigua ciencia de los dioses Fusión frÃa Entre el 6 y el 9 de diciembre de 1993 tuvo lugar la cuarta conferencia de fusión frÃa en Maui, Hawai, muy cerca del paralelo 19,5. CientÃficos de todo el mundo se habÃan reunido para tratar lo que podÃa ser el mayor hallazgo de la historia. Se presentaron mas de 150 ponencias del más alto nivel y asistieron los padres de esta disciplina: Stanley Pons y Martin Fleischmann, que habÃan acudido desde el laboratorio que en Niza ha montado para ellos Technova, una subsidiaria de Toyota. La conferencia de Maui fue el ultimo gran acontecimiento en el campo de la fusión frÃa, marginado por la ciencia oficial.
A pesar de que en todo el planeta existen equipos de investigacion que continúan trabajando sobre este tema, su labor sólo es recogida por revistas especializadas como Infinite Energy. Aquellos que, a pesar de la postura oficial al respecto se deciden a investigar el tema, se ven acosados por sus antiguos colegas. ¿Por qué esta persecución. Los origenes de la fusión frÃa se encuentran en los trabajos de Pons y Flrischman, que el 23 de marzo de 1989 convocaron una rueda de presa en la universidad de Utah, para realizar un asombroso anuncio. Según habÃan comprobado repetidas veces, la electrólisis de agua pesada empleando electrodos de platino y paladio tenÃa como resultado una producción de energÃa calorÃfica mayor que la correspondiente a la electricidad utilizada. Si se encontraba una forma de aprovechar este calor adicional, habrÃan encontrado una fuente inagotable y gratuita de energia.
El informe levantó una encendida polemica. El 1 de mayo de1989 la American Physical Society dio carpetazo a todo el asunto catalogándolo de mera "supercherÃa cientÃfica". Sin embargo, esto no desalentó a decenas de investigadores que, patrocinados por empresas multinacionales como Toshiba, Hitachi, Toyota, Exxon o Carterpillar, más interesadas en los resultados económicos que en los prejuicios cientÃficos, continúan trabajando en este terreno. Los experimentos originales han sido reproducidos, incluso mejorados, en incontables ocasiones, pero nadie ha sido capaz de dar el paso definitivo en la explicación del fenómeno. Técnicos competentes, con amplia experiencia, se desesperan al comprobar como el mismo experimento, idéntico hasta el minimo detalle, arroja resultados diferentes cada vez que se realiza. A veces no sucede nada en absoluto; en cambio, la producción de calor es intensÃsima. Para añadir confusión, se ha comprobado que determinadas frecuencias acústicas actúan de catalizador de estas reacciones.
Tal vez, los antiguos alquimistas (depositarios a fin de cuentas de los vestigios de la antigua ciencia) pudieran aportar algo de luz a los trabajos de sus modernos seguidores. Ellos sabÃan bien que determinados momentos astrológicos eran más propicios que otros a la hora de llevar a cabo sus operaciones. Bajo el prisma de la fÃsica moderna esto es una insensatez, pero considerado bajo la fÃsica hiperdimensional todo adquiere un sentido muy claro, ya que es precisamente el curso de los planetas el que marca la pauta de transferencia de energÃa entre las dimensiones; posiblemente esa misma energÃa que se detecta en los recipientes de la fusión frÃa, pero que nadie acierta a explicar de dónde proviene. Por otro lado, resulta curioso que tanto el paladio como el platino y el aluminio (empleado también en los experimentos de fusión frÃa) tengan una estructura cristalina en forma de tetraedro y sus átomos se organicen formando esta misma figura geométrica, clave en las fórmulas de la fÃsica hiperdimencional.
Es muy probable que estos exploradores en el campo de la fusión frÃa estén redescubriendo algunos de los secretos que ya conocÃan los antiguos alquimistas y puede que alguien haya llegado un poco más lejos, aunque amparado en las sombras de un impenetrable secreto. Es posible que estemos otorgando atributos de máxima novedad a algo que determinados grupos podrÃan haber conocido y desarrollado en secreto desde hace años.
En la comunidad de los estudiosos de las conspiraciones hace tiempo que existe una creencia muy extendida respecto a la existencia de un "gran secreto" que explicarÃa numerosos casos de encubrimiento en los cuales aparece involucrado el gobierno estadounidense. La mayor parte de estos estudiosos opina que este secreto podrÃa estar relacionado con los aparatos que incesantemente vienen avistándose en nuestros cielos, desde que en 1947 comenzara a hablarse de "platillo volantes". Pero existe otro sector que, afinando un poco más, opina que tras este muro de silencio se oculta toda una nueva rama de la ciencia, cuyo desarrollo tecnológico durante los ultimos 50 años se habrÃa escamoteado a la opinión pública. La fÃsica hiperdimensional podrÃa muy bien ser esa ciencia.
Aquà podrÃa encontrarse la explicación al interés, por supuesto extraoficial, que departamentos gubernamentales de varios paÃses han mostrado por los trabajos del heterodoxo y genial inventor Nicola Tesla, plenamente convencido de la existencia de otras dimensiones y de nuestra capacidad para contactar con ellas. También se explicarÃa la implacable persecución que sufrió en vida otro inventor genial, el psicólogo Wilhelm Reich, cuyo trabajo ha sido sistemáticamente sometido a campañas de desprestigio por un organismo con tan pocas atribuciones